Un templo budista en Hanoi, Vietnam durante la celebración del "Tet" o Año Nuevo Lunar, 2019. |
Hanoi.- Probablemente en Honduras no se sabe mucho de Vietnam. Más allá de las películas de ‘Rambo’, o de la típica comparación de Salvador Nasralla de cuantas veces es más grande o más pequeño nuestro país; no hemos de saber más sobre la nación del Sudeste asiático.
Honduras cabe tres veces en Vietnam.
Lo cierto es que este 2019 fue seleccionada como la anfitriona
de la segunda cumbre entre el mariscal
norcoreano, Kim Jong-un y su par estadounidense, Donald Trump. Ambos
protagonizaron una de las tensiones más fuertes de los últimos tiempos entre
dos países actores y herederos de la Guerra Fría.
Justo cuando en Honduras se vivía la crisis post electoral en su máximo esplendor; Kim y Trump, competían por “apretar el famoso botón” nuclear.
Justo cuando en Honduras se vivía la crisis post electoral en su máximo esplendor; Kim y Trump, competían por “apretar el famoso botón” nuclear.
A pesar de ser un país orgulloso del Socialismo, Vietnam
reconoció la reelección de Juan Orlando Hernández el 11 de enero de 2018.
La primera impresión en los ojos de un hondureño,
Una de las primera cosas que uno o una hace, es intentar
comparar los lugares a lo que nos es familiar. Quizá sea un mecanismo de defensa
o pura nostalgia, pero lo primero que podría cruzársele por la cabeza a un hondureño
al salir del aeropuerto y dirigirse a la ciudad, viendo por la
ventana de un taxi o del bus; es que da la impresión de estar pasando por La
Lima, en Cortés.
La carretera está llena de plantaciones de banano y cuando se llega al primer caserío, el diseño de las casas dan la sensación de estar entrando a El Progreso, Yoro, pero no es así y para sorprendernos de ello solo
hace falta voltear a ver nuevamente las casas y su particular diseño
rectangular hacía arriba.
Al ver esto desde la entrada a la ciudad,
prácticamente una zona semi-rural, podemos comprender que no es necesariamente
por falta de espacio, sino más bien una forma de vida de sus habitantes.
El ‘Old Quarter’, o el ‘Viejo Centro’,
La mayoría de los taxis del aeropuerto a la ciudad dejan a sus
pasajeros extranjeros en la entrada de esa zona. Quizá porque es el lugar donde
se ubican la gran mayoría de los hoteles y además, es la parte de la ciudad
dedicada a los turistas.
Mi primera impresión del lugar estaba decorada por banderas
rojas con estrellas amarillas (bandera de Vietnam). Vale la pena mencionar que
dicha decoración puede llegar a ser muy llamativa para nosotrxs en Centro
América acostumbradxs al azúl y blanco, pero después de vivir un año en China
era algo de lo que podía saltarme el asombro.
Pocos pasos más tarde por una calle casi vacía, llamó mi atención la cantidad de papelitos de colores tipo confeti (el 5 de febrero se
celebró año nuevo) por las dos orillas de la calle. Más adelante, en la zona de
mercados era posible observar desde las 7AM varios puestos de comida
callejeros.
Clientes de un restaurante de Pho Bo (Street Noodles) y café esperan su pedido en el Old Quarter. |
En ellos habían un par de personas sentadas en pequeñas mesitas con
banquitos azules de plástico. Sobre las mesas principales reposaban cantidades
enormes de noodles.
A las señoras les apuntaban otro montón de señores con sus
cámaras. Eso debió ser la siguiente escena que me llamó exageradamente la
atención. Esa mañana del 5 de febrero todas, absolutamente todas las personas
que vi, llevaban una cámara de fotografía. Al parar en una esquina era posible
observar como cada una de esas personas se enfocaba en diferentes objetos.
Mientras esperaba la luz verde en uno de los semáforos de la calle principal
del Old Quarter, recuerdo ver a un hombre enfocándose en los techos de las
casas. Muchas de estas en la zona se ven bastante viejas y seguramente llama
mucho la atención.
También recuerdo que mientras avanzaba por la zebra de uno de
los semáforos, un señor desde su motocicleta del otro de la calle tomaba fotos
y en una de esas me apuntó con total naturalidad.
Y esa se iba haciendo la siguiente característica de la ciudad
que empezaba a reconocer, la cantidad de motocicletas; que para ser en plena
mañana de un Año Nuevo, circulaba una cantidad exagerada.
En los costados de las calles -y vale la pena resaltar que en
casi cada cuadra de esta zona- es posible encontrar un templo budista con dos
banderas grandes en la entrada; la de Vietnam y una que representa la temporada
festiva, la de colores rojo, azul, amarilla y verde.
En las entradas de los templos es posible leer los famosos
caracteres chinos que nos recuerdan lo diferente que es esté país a Occidente e
incluso a su similar comunista de la República Popular de China.
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Continuará...
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