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¿Qué tan lejos queda Medio Oriente de Honduras? Yemen no parece tan distante.


Mientras documentaba la 'crisis postelectoral' entre el 26 de noviembre de 2017 y el 27 de enero de 2018, también quise recopilar información sobre los conflictos que habían en el mundo en ese período de tiempo. Por lo tanto, tocó investigar cómo fue el proceso que siguieron los países que hoy tienen una guerra, lo curioso es que todos pasaron por los mismos escenarios que Honduras.

Entonces, para entender lo que está pasando en el planeta, hay que entender Medio Oriente. La mayoría de los diálogos políticos terminaron en guerras civiles.

Lunes 4 de diciembre de 2017.


7:30AM: los medios internacionales destacan que Estados Unidos y Corea del Sur realizan maniobras aéreas conjuntas cinco días después que Corea del Norte probara un misil intercontinental capaz de alcanzar EE UU.

Corea del Norte considera que estos ejercicios militares son un ensayo de invasión de su territorio.

En Yemen, un grupo de rebeldes llamado Hutíes, anuncian que han asesinado al ex presidente de ese país, Alí Abdalá Saleh. Acusado de “Alta traición.

En la presidencia yemení desde 1990 hasta 2011.

8:00AM: Anoche fueron asesinados dos policías en Olancho mientras hacían patrullajes en el horario del toque de queda estipulado entre las 6:00PM y 6:00AM. Se capturaron a cuatro sospechosos del hecho.

10:00AM: La Misión de Observación Electoral de la Unión Europea, representada por su jefa de misión Marisa Matías, brindó conferencia de prensa en un hotel capitalino refiriéndose al estado actual del escrutinio.

Como primer punto remarcó que el proceso está inconcluso, por lo tanto, no se puede declarar a nadie ganador hasta agotar todas las solicitudes que vengan a transparentarlo.

A continuación, Matías pidió al TSE, ser flexible y dar a la revisión de más de 5 mil actas que la Alianza pide, sean revisadas pues son las que dieron la ventaja a JOH, en un momento en que se calló el sistema donde se realiza el conteo.

“Las peticiones que se hacen desde la oposición son razonables” y “hay que respetar el voto del pueblo”. “Además queremos hacer la denuncia de que es normal que las personas se puedan manifestar durante un proceso de elección, condenamos todas las formas de violencia que se han dado en las manifestaciones pacificas y durante el toque de queda. Los asesinatos tienen que aclararse”, añadió la jefa de la MOE UE.

En Honduras, la frase “VOTO POR VOTO”, nunca había sido tan seria como lo es en este momento.


Jueves 14 de diciembre


Estados Unidos: La Casa Blanca descarta dialogar con Corea del Norte, como propuesta del secretario de Estado, Rex Tillerson. “En vista de la última prueba de misil, claramente ahora no es el momento para dialogar con Corea del Norte”, dijo un portavoz de la Agencia de Seguridad Nacional de la Presidencia estadounidense.

La embajadora de EE.UU., ante la ONU, Nikki Haley, presentó ante un grupo de representantes del Consejo de Seguridad de esa organización internacional; supuestas evidencias de que un misil lanzado el mes pasado desde Yemen, hacía el aeropuerto de la capital de Arabia Saudita fue fabricado en Irán.

En dicha presentación de evidencias se observan varios artefactos de hierro destrozados, detrás de Nikki.
Las respuestas no tardaron de parte de los representantes de Irán ante ese organismo internacional mediante un comunicado en el que señalan de “irresponsables, provocativas y destructivas”, las declaraciones de EE.UU. También se refirieron a que EE.UU., está tratando de desviar la atención de la guerra en Yemen, en la que Arabia Saudita (aliado de EE.UU.) encabeza una coalición militar que tiene en crisis a ese país.

Yemen es otro país que sufre de bloqueos económicos y una crisis humanitaria en este momento. Ocasionada por conflictos históricos desde su nacimiento como nación en 1990, mediante la unión de la “República Árabe de Yemen” y la “República Popular de Yemen”, posteriormente la guerra civil de 1994, donde los Hutíes se sublevaron por primera vez.

Para no ir tan lejos, en 2004, inició una guerra de baja intensidad (concepto post Guerra Fría) entre los “Hutíes”, un grupo contra insurgente con características político-religiosas y de la rama musulmana “Chiíes”; que bajó de las montañas de la gobernación Sa’ada, en la frontera entre de Yemen y Arabia Saudita a luchar contra las Fuerzas Armadas de Yemen y el Gobierno de Alli Abdullah Saleh, en el poder desde 1990. Con el paso de los años se lograron algunos acuerdos de paz que en varios momentos fueron incumplidos.

Gobernación Sa'ada, Norte de Yemen, una de las zonas más pobres del país.
En el 2011 inició una de las primeras etapas de la revolución que se estaba gestando en ese país, el líder de los hutíes, Abdul-Malik al Houthi, declaró su apoyo a la ola de manifestaciones que estalló a inicios de ese año y que exigían la destitución del presidente. Las protestas buscaban emular lo ocurrido con el ex presidente tunecino Zine El Abidine Ben Ali, derrocado ese mismo año.

El 18 de marzo ocurrió un hecho que marcó el nivel de indignación de la población. El denominado “Viernes de la Dignidad”, día en el que las fuerzas de seguridad de Saleh, construyeron una barricada con llantas alrededor de la Plaza del Cambio en Saná, capital de Yemen, donde protestaba un gran número de personas en contra de su presidente. Posteriormente echaron gasolina y al finalizar la tradicional oración musulmana de “Juma”, después del medio día, prendieron fuego a las llantas, bloqueando y acorralando así a los manifestantes.

Mientras eso ocurría, seguidores armados y enmascarados de Saleh ubicados en las terrazas, callejones y casas cercanas a la Plaza, abrieron fuego contra los acorralados, aproximadamente por tres horas, creando un río de sangre que corrió por las calles de esa ciudad.

El resultado fue de 52 muertes y alrededor de 200 heridos. El hecho fue tan decisivo que a partir de entonces mucha gente sin posición, diplomáticos y soldados, se acercaron a los manifestantes en señal de indignación. Entre ellos, el Mayor General Ali Mohsen al-Ahmar, quien el 21 de marzo dijo que protegería las manifestaciones. Ante esa acción, Saleh le pidió a militares de Arabia Saudita que lo atacaran bombardeando su sede.

Después de dos intentos fallidos de parte de mediadores internacionales para que el presidente yemení dejara su cargo; en mayo de ese año se realizó un tercer intento que tuvo un desenlace completamente inesperado para las partes externas. En la Embajada de Emiratos Árabes Unidos, seguidores armados de Saleh, cercaron la sede diplomática por varias horas con el fin de impedir por tercera vez la firma de la renuncia a la presidencia. Argumentando que aquello era un intento de golpe de Estado. En esa ocasión los embajadores de los Estados Unidos, Europa y cinco miembros del Consejo de Cooperación del Golfo, tuvieron que salir en helicópteros.

El 22 de noviembre, después de muchos incidentes, un enviado especial de la ONU, informó que el Gobierno de Saleh y la Oposición, habían alcanzado por fin un acuerdo para la renuncia a la presidencia. "Poniéndole fin" a muchos años caracterizados por la “mano de hierro”. “La receta de Occidente para sostener las ‘democracias’”.

El 23 de diciembre de ese año se declaró presidente Interino a Abd Rabbuh Mansur al-Hadi, quien era vicepresidente desde 1994 y compartía la visión y formación de militar de su superior. No era la primera vez que debía sustituirle, pues, entre el 4 de junio y el 23 de septiembre de ese año le sustituyó por un ataque al Palacio Presidencial en el que Saleh, resultó herido.

Abd Rabbuh Mansur al-Hadi, presidente de Yemen desde 2011.

Otro de los acuerdos a los que había llegado el Gobierno y la Oposición, era que al-Hadi conformaría un gobierno de unidad nacional y convocaría a elecciones presidenciales en un plazo de 90 días a partir del 23 de diciembre.

El 21 de enero de 2012, el parlamento yemení le dio inmunidad a Saleh. El 23 de enero viajó a los Estados Unidos en búsqueda de un tratamiento médico, pero un dato curioso es que después de todo, no dimitió oficialmente a su cargo de presidente y el parlamento le nombró “presidente honorario” del país.

Para las elecciones presidenciales del 21 de febrero de 2012, al-Hadi era el único candidato y era apoyado por el oficialismo y el parlamento. Eventualmente, Hadi, ganó las elecciones por un periodo de dos años.

El 24 de febrero de 2012 , Saleh, regresó a Yemen y el 27 de febrero cedió el poder a Abd Rabbuh Mansur al-Hadi como presidente de Yemen.

Hadi, en sus primeros meses de gobierno, siguió la idea proveniente de todas las doctrinas de “mano dura”; “atacar al enemigo”. Pero en la práctica, Hadi, enfrentaba división y oposición, incluso dentro del ejército, donde en 2011 obligaron a desertar al Mayor General Ali Mohsen al-Ahmar.

En declaraciones a un periódico internacional en septiembre de 2012, Hadi, reconoció por primera vez que aquella guerra de baja intensidad de principios de los 2000, corría ya la posibilidad de convertirse en una guerra civil “peor que Afghanistan”, argumentando que los diálogos ya no eran suficientes para resolver las profundas grietas políticas y sociales no atendidas a tiempo. Además, reconoció que Yemen se enfrentaba a tres guerras no declaradas; por “Al Qaeda”, los piratas en el Golfo de Aden y los Hutís en el norte del país. Sumado a esas tres, él gobierno en contra de todas.

En diciembre de ese año, Hadi intentó reunificar a las Fuerzas Armadas, creando, mediante un Decreto Presidencial, las cinco ramas principales: Fuerza Aérea, Fuerza Terrestre, Armada y Guardia Costera, Tropas Fronterizas y Fuerzas de Reserva Estratégica, esas últimas sustituyeron a la Guardia Republicana. Durante esa reestructuración, Hadi nombra consejero para Asuntos de Defensa y Seguridad a Mohsen al-Ahmar el 19 de diciembre de 2012.

Para marzo del 2013, y en consecuencia con los acuerdos de 2011, Hadi creó formalmente la Conferencia Nacional de Diálogo (CDN), con el fin de tratar las situaciones criticas de la nación. Habían muchos temas por atender, pues, como citó en 2012, el país tenía diversos conflictos y debían resolverse pronto.

Presidente al-Hadi, pidiendo a participantes de la Conferencia Nacional del Diálogo (CND); "olvidar los conflictos antiguos" en 2013.
La CDN, culminó el 21 de enero de 2014 en medio de otra convulsión, un líder Hutí que se dirigía al cierre de dicho proceso fue asesinado. Los Hutíes atribuyeron el ataque a la inteligencia de EE.UU.. Después de esa crisis, se firmó el documento por todas las partes. El CDN contenía conclusiones como: “elaborar una nueva constitución de corte federal”, “dar autonomía al Sur, dándoles representación en el Congreso”, entre otras reformas democráticas. Además, en el documento se acordó extender por un año más la presidencia de Hadi, en 2015 se llamaría a elecciones presidenciales.

Cabe destacar que Saleh, a pesar de renunciar al poder a finales de 2011, durante el transcurso de los años tuvo fuerte influencia en Hadi, al ser el presidente del Partido del Congreso, la fuerza política con mayor peso en el país. Por lo tanto, se opondría a esas reformas desde allí.

Para el primer semestre de 2014, después de ser extendido el mandato de Hadi, su imagen pública empezó a caer por “falta de talento diplomático”. El presidente reelecto argumentaba que el ex presidente, Saleh, planeaba derrocarlo, lo cual era visto como una señal de debilidad ante la población, y dependiente de la comunidad internacional. Además se dieron varias revueltas de los hutíes en el Norte, los avances de Al Qaeda y el secesionismo en el Sur eran retos que urgían no solo de los acuerdos, sino de acelerada voluntad política de un Estado que prácticamente no existía.

Por su lado, los hutís estaban en contra de algunas de las reformas federalistas dentro del CDN, alegando que la descentralización del país afectaría su condición económica debido a que su zona es la más pobre de Yemen y les privaría de una salida al mar. Los hutíes fueron acumulando tensión contra los sunies -la otra fracción musulmana- con quienes tenían fuego abierto. A mediados de 2014, su conflicto territorial había llegado a Saná, donde contribuyeron a las protestas callejeras, que para aquel momento estaban en contra de los ajustes al combustible de parte del gobierno de Hadi. Sumado a los conflictos con el Gobierno, también tuvieron enfrentamientos armados con el principal partido político de la islamista “Al-Islah”.

Al-Ahmar, no cumplió con ninguna orden del ministro de Defensa ni de la presidencia en esa ocasión. Al cabo de unos días, los hutíes ya habían tomado el control de la capital yemení, incluyendo los principales edificios gubernamentales. Entre ellos el de la televisión estatal, la radio estatal, la Oficina del Primer Ministro, el Comando General de las Fuerzas Armadas y el Ministerio de Defensa.

Para el 19 de septiembre de 2014, Hadi, catalogó la insurrección hutí como un intento de golpe de Estado. La ONU le pidió que buscara una salida pacifica al hecho. Esto obligó al gobierno a negociar con los hutíes, dando como resultado un Acuerdo de Paz y Asociación Nacional (PNPA), que provocó la remoción del primer Ministro Mohammed Bosindawa, y la condición a los rebeldes de deponer las armas. A lo cual se negaron, pero aceptaron los puntos del diálogo y conformaron un “gobierno de unidad” durante dichas negociaciones de paz. El 13 de octubre se nombró a un nuevo primer ministro, Jaled Bahah.

A pesar de ello, los hutíes mantuvieron el control de la capital, dando ordenes al mismo Hadi, lo cual generó en el parlamento la idea de que el presidente en ese momento era una figura meramente simbólica, sin autoridad.

Una de las principales alianzas de los hutíes desde que ingresaron a Saná en el mes de septiembre, había sido el ex presidente Saleh, derrocado durante las manifestaciones de 2011.

Las tensiones subieron en enero de 2015, debido a que los hutíes se cansaron de las negociaciones con el Gobierno porque no avanzaban según sus necesidades. Este mes, embajadores de diferentes países abandonaron Yemen, incluyendo al de EE.UU.

Para el 21 de ese mes, el primer ministro, Bahah, en funciones desde el 13 de octubre dimitió del cargo aludiendo la crisis que vive el país es un “laberinto político” que impide gobernar con eficacia. Esa acción significaba la dimisión de todos los miembros del Gobierno yemení, según comunicado del Poder Ejecutivo de ese país.

Yemen, 21 de enero de 2015.
Simultáneamente, el presidente, Hadi también presentó su renuncia al Parlamento, este último le denegó su petición, argumentando que sería discutido en asamblea y convocó a una sesión especial para analizar la crisis que vivía ese país. En su carta al legislativo, Hadi acusó a las distintas fuerzas políticas de “falta de responsabilidad” para llevar a ese país por un mejor camino. Posiblemente en alusión a esa alianza entre los hutíes y el ex presidente Saleh.

Nuevamente, en su petición Hadi, reconoció y pidió perdón a la población por “no haber sido capaz de lograr los objetivos por los que aguantó un gran sufrimiento durante estos años”; los hechos de septiembre en Saná, según sus palabras “afectó el cauce normal de la transición política”.

La sesión convocada por el parlamento para analizar la renuncia de Hadi, nunca se realizó por los siguientes acontecimientos.

Durante los siguientes días del mes de enero se dio una especie de arresto domiciliario de parte de los hutíes hacía los miembros del Gobierno, manteniendo cercadas y bajo vigilancia todas las reacciones. Posteriormente, a inicios de febrero anunciaron la disolución del Parlamento y la creación de un Consejo Presidencial para gobernar durante los próximos dos años. Dicha declaración fue emitida desde el Palacio Presidencial y, a través de la televisión estatal, entonces en sus manos.

La propuesta para la conformación del Congreso era de 551 asamblearios miembros de comités revolucionarios que se han formado en las localidades que han controlado desde el septiembre pasado. Esa Asamblea elegirá a cinco miembros de un Consejo Presidencial que se responsabilizará de los asuntos de país.

El resto de facciones políticas y religiosas del país, entre ellas el Partido Islah (suní) discrepantes religiosos de los hutíes, los grupos del Sur quienes no compartían en su totalidad los acuerdos del CDN, tampoco compartían en esta ocasión los acontecimientos desarrollados por los revolucionarios.

El 21 de febrero, Mansur Hadi, emite un comunicado desde la ciudad de Adén, la antigua capital del Sur; en el que manifestó que la toma del poder de parte de los hutíes era ilegitima. Había logrado escapar al arresto domiciliario y huido a esa zona desde donde catalogó de golpe de Estado lo ocurrido en las últimas semanas, y pidió a los hutíes a liberar a las personas que siguen en arresto domiciliario. Hadi, firmó nuevamente como presidente yemení, con el fin de confrontar a los hutíes y su nueva conformación del poder.

Su predecesor, Abdullah Saleh, reaccionó ante esas declaraciones exhortando a Hadi, a exiliarse.

La población no podía creer todo lo que estaba pasando, por un lado, los hutís, no podían creer que se estaba dando por fin una revolución donde reivindicarían sus derechos a su manera. Por otro lado, los representantes del Gobierno que habían conformado una sola nación apenas 25 años atrás, estaban indignados por la pérdida del control territorial. Por lo tanto, y por la relevancia geopolítica de esa nación, los aliados históricos también estaban ahora en una situación critica. Entre ellos, Arabia Saudita (mayor exportador de petróleo del mundo), que a su vez era aliada de los Estados Unidos; quienes no tardaron en reaccionar de manera más frontal.

El Departamento de Estado de los EE.UU., después de lo ocurrido, seguía reconociendo a Hadi como presidente. También el ministro de Exteriores del Golfo Árabe se manifestó en contra de lo ocurrido. El secretario General de las Naciones Unidas del momento, Ban Ki-moon, exigió la restauración de Hadi como presidente y pidió a los hutíes a respetar el acuerdo que habían firmado en el “gobierno interino”.

Por lo que no tardó en que Estados Unidos, aliado de Arabia Saudita (de creencia sunii), empezara a relacionar a los hutíes con uno de los países con quien tiene enconosos vínculos diplomáticos; Irán. Aprovechando que este último comparte la fe chiita con los hutíes, se empezó a hablar de una intervención militar extranjera en Yemen.

Para finales de marzo de 2015, los hutíes estaban avanzando hacía el Sur en su plan de control territorial e iban en busca de Hadi, en la capital sureña de Adén. Al ver la ofensiva de los rebeldes, el mandatario solicitó a la ONU, una intervención militar, amparándose en el capítulo séptimo de la Carta de ese ente internacional “para mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales” En su carta, Hadi, explica que ya ha solicitado apoyo a los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) y otros estados árabes. Además, justifica la intervención militar mencionando que Al Qaeda se podría aprovechar del resquebrajamiento del Estado para apropiarse de territorios y eso podía generar más caos, sobre todo si se perdía el control del estrecho de Bab al Mandeb, zona de circulación de barcos que conectan el mar Mediterráneo y el mar Rojo.

El 25 de marzo, los hutíes habían tomado control del aeropuerto de Adén (Sur), a unos 60 kilómetros de la ciudad.

Para el 26 de marzo, Arabia Saudita, ya reportaba algunos bombardeos en Yemen con la intención de detener el avance de los hutíes. El embajador saudí en la ONU, Adel al Jubeir, reconoció que la operación militar había sido aprobada con el fin de “proteger y defender al Gobierno legítimo de Yemen”. Según el embajador, diez países –en su mayoría sunitas- aprobaron la decisión y fue anunciada previamente a Washington.

La guerra civil en Yemen, a partir de ese momento era de interés regional. Pues, además de la expansión al Sur, Arabia Saudita denunció que se estaban acercando a sus fronteras en el Norte de Yemen.

El 3 de abril, los hutíes, después de los bombardeos habían incrementado su presión y se tomaron el Palacio Presidencial de Adén, sin encontrar a Hadi, quien aparentemente logró escapar y se desconoce su paradero. Se especulaba que Hadi había escapado en un barco, pero días más tarde se confirmó que había logrado escapar a Riad, la capital saudí, desde donde dirigía los ataques aéreos, junto al ministro de Defensa de ese país. Los hutíes lo condenaron a muerte después de su escape al que llamaron “alta traición”.

Para finales de abril de ese año, Egipto habían enviado unas 5 mil tropas militares a Yemen. Estados Unidos también había pactodo con Arabia Saudita el envío de buques de guerra a las costas de Yemen. A partir de allí, los ataques de la denominada “Operación Tormenta Decisiva”, se intensificarían dándole un giro totalmente diferente a la guerra civil yemení.

Los hutíes se radicalizaron más y emprendieron ofensivas contra la frontera sureña de Arabia Saudita.

A finales de mayo, según datos de una misión humanitaria de la ONU que visitó Yemen durante una tregua; más de mil ocho cientos civiles habían muerto y más de 7mil resultaron heridos y unas 500mil fueron obligadas a abandonar sus hogares por los bombardeos.


Israel se unió a los bombardeos al lanzar una MOAB (Mother Of All Bombs), desde Riad, Arabia Saudita a la capital yemení, Saná. Una bomba de neutrones, nuclear, según los expertos.

En junio se registraron, además de los bombardeos saudís, ataques de los sunitas aliados al Estado Islámico con carros bombas que estallaron frente a las mezquitas chiíes, frecuentadas por los hutíes. Los ataques de estos dos contra los hutíes incrementaron durante el resto del año, al punto de unir esfuerzos en algunas ciudades.

El 14 julio, las fuerzas anti rebeldes de Hadi, y los bombardeos de la Coalición Árabe, desplegaron en Adén una operación militar con la intención de recuperar el aeropuerto y la ciudad del Sur de Yemen. Combatiendo contra los hutíes y las tropas del ex presidente Saleh; logrando ese objetivo. El ataque se dio pese a que ambas partes se habían comprometido a un nuevo cese temporal al fuego para que la población recibiera atención humanitaria. El acuerdo fue violado. Por su parte, el secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, en declaraciones dijo sentirse muy “decepcionado” por el fracaso de dicha tregua, y aseguró que la ONU sostiene contactos con todas las partes para tratar de detener la violencia.

El 23 de septiembre, Mansur Hadi, regresó después de seis meses de exilio a Yemen, específicamente a una base aérea de Adén. Ciudad recuperada por sus fuerzas militares y la Coalición Árabe.

Para inicios del 2016, se acusaba a Arabia Saudita de no dirigir sus bombardeos únicamente contra los hutíes, sino, contra toda la población. Su producto interno bruto había caído un 9,8% respecto al 2015 que fue de -28,1%. El 80% de su población necesitaba ayuda humanitaria para sobrevivir. La coalición militar internacional fue avanzando y eventualmente recuperando y controlando terreno.

En abril de 2017, se crea el Consejo de Transición del Sur (CTS), anunciado por el gobernador de Adén, Aidroos Zubaidi, quién busca la independencia de Yemen del Sur para desligar la región de la crisis vivida en el resto del país. El CST, no es bien recibida por diferentes sectores del país, pero no se detiene.

Para finales de septiembre del 2017, La Cruz Roja internacional alertaba al mundo que Yemen puede alcanzar para finales de este año, un millón de casos de cólera, una cifra mayor al brote que sufrió Haití entre el 2010 y el 2016.

El 2 de diciembre, Saleh anunció en televisión nacional que estaba en la disposición de negociar con la Coalición Árabe, el mensaje fue mal visto por los hutíes.

El 4 de diciembre de 2017, circuló la noticia a nivel mundial que los hutíes habían asesinado al ex presidente Saleh, enemigo desde 1990 hasta 2014, año en el que se alió con los rebeldes. El hecho ocurrió mientras el ex presidente aparentemente planeaba escapar a la ciudad de Marib, controlada por la Coalición Internacional, a unos 170 kilómetros al Este de Saná. Finalizando con esto la alianza que sostenían los hutíes con Saleh y sus seguidores. El líder de los hutíes envió un mensaje a dicha coalición en el que se destaca lo siguiente: “Su guerra a fracasado, jamás tendrán éxito en su objetivo”.

Para el 13 de diciembre, las alianzas en contra de los hutíes se estaban reconfigurando, tal es el caso que el CTS, envía a Hadi una carta diciéndole que cuente con su apoyo y considera que es necesario crear nuevas alianzas.

Los hutíes, por su lado, han denunciado a Arabia Saudita y a sus aliados sunitas de estar más preocupados por controlar la supuesta influencia de Irán sobre ellos, que el ataque contra la organización Al Qaeda, a quién los organismos internacional catalogan de terrorista. Mencionando, más bien, un trabajo conjunto.

Esa influencia de Irán sobre los hutíes ha sido razón para que muchos países justifiquen los ataques, incluyendo a los Estados Unidos, quienes hasta ahora no han podido comprobarlo ante las Naciones Unidas.

Y mi razón para escribir sobre la historia de Yemen es básicamente porque al analizar los acontecimientos que desembocaron en esta guerra, podemos mencionar que una de las principales causas, es algo que además no se ha dicho aquí: “La guerra mundial del agua”, prevista para el 2030, según el informe del Ejército canadiense titulado “El Contexto de la Futura Seguridad 2008-2030”.

Dicho documento presagia lo siguiente: “Las Fuerzas Armadas se están preparando para responder a los cuatro rincones del planeta, debido a las guerras regionales y eventuales hechos violentos por la competencia de los recursos naturales. Las futuras operaciones militares debidas a la multiplicación de motines provocados por el hambre darán lugar a intensos combates”.

Antes de volverse un “conflicto religioso”, los hutíes llevaban una lucha en base a reclamos territoriales por las condiciones alimentarias y salubres de su región, una de las más pobres de Yemen. Ósea, sobrevivencia.

Guerra del Agua, Yemen.

Según noticias de las principales cadenas del mundo, en este caso REUTERS, que publicó en 2009: “Crisis del agua amenaza creciente población de Yemen”. En el artículo escrito por Alistar Lyion, se destacan los siguientes puntos:

“Algunos residentes reciben agua potable de la ciudad sólo una vez cada nueve días y otros no reciben nada en absoluto. El hundimiento de la masa de agua significa que la municipalidad ahora maneja apenas 80 de sus 180 pozos, dijo Naji Abu Hatim, un experto yemení del Banco Mundial.”

“La gente no cree en la magnitud del problema. Ellos ven una pequeña nube y dicen, ‘oh, Dios todavía existe, él puede darnos agua’. Pero el agua es el problema principal de Yemen”, agregó Hatim.

“Pero la escasez de agua en la ciudad sureña de Aden ya está avivando la violencia. Una persona murió por un disparo y tres más resultaron heridas, dos de ellos oficiales de policía, durante protestas por el agua el 24 de agosto.”

“El rápido vaciamiento de los acuíferos hace que la difícil situación de Yemen sea la más cruda en una región. Las disputas locales por los derechos del agua podrían volverse violentas, especialmente en zonas tribales. La competencia por las reservas entre las ciudades y el campo podría pronunciarse.”

“Los Estados árabes, excepto Egipto, Irak y Líbano, están todos por debajo de la línea de pobreza en materia de agua, mientras que la tendencia regional, por la que se responsabiliza al cambio climático, muestra precipitaciones cada vez más débiles.”
“A diferencia de los adinerados Estados petroleros del Golfo, Yemen, el país árabe más pobre del mundo, está mal ubicado para salvar la brecha entre oferta y demanda por medio de la desalinización.”
“La escasez de agua está forzando a muchos aldeanos pobres a vender todo y mudarse a las ciudades de Yemen, donde pocos están calificados para prosperar, aunque se espera que envíen dinero a sus parientes en sus lugares de origen.”

“El mal manejo de los recursos hídricos es una razón por la que la situación de Yemen es peor que la de vecinos como Omán, según Jac van der Gun, director del Centro Internacional de Evaluación de Recursos de Agua Subterránea en Holanda.”

“Saada tiene un enorme problema de agua, pero ellos no pueden pensar en el futuro porque están pensando en el presente”, agregó.

“Los sectores rurales del norte de Yemen podrían sufrir hambrunas”, dijo Ramon Scoble, un experto en agua de la agencia alemana de desarrollo GTZ, quien trabaja en la provincia de Amran, inmediatamente al norte de la capital.

“Abu Hatim, del Banco Mundial, en base a un programa que estaban por implementar, que: No solucionará los problemas, sólo los aliviará para ganar tiempo. La catástrofe está por llegar, pero no sabemos cuándo, agregó.”
Según el informe y relacionado a la crisis de Yemen que estalló a partir de 2011, vale la pena remarcar el siguiente párrafo: “Se prevé que las presiones causadas por las migraciones y los flujos de refugiados o de personas desplazadas conllevarán a un recrudecimiento de las tensiones étnicas, religiosas o territoriales, inestabilidad y, posiblemente, crisis de gobernabilidad en esos estados. Tales efectos se manifestarán primeramente en zonas costeras, donde habita el 75% de la población mundial, en especial entre los sectores de la economía y las localidades sensibles a las variaciones climáticas desde el punto de vista económico o ecológico”.

Los hutíes tenían un reclamo más allá de lo étnico-religioso que el Gobierno no supo comprender a inicios de los 2000. Y evidentemente, acusar desde el poder a un grupo como radical es la forma más fácil de ignorar un problema y justificar su represión.

Esa posición del Gobierno yemení que les radicalizó en un primer momento, es una característica de las relaciones que sostienen los administradores públicos en países como el nuestro (Honduras). Donde las negociaciones están vacías de voluntad política. Más parece que no entienden nada que no sea su propia visión de las cosas desde el poder y eso nos acerca la siguiente teoría.

La del “Choque de civilizaciones”, de Samuel Huntington, publicado en 1993. Una hipótesis a la que si le agregaremos el componente cultural-religioso de las partes involucradas en los conflictos. Según Huntington, “Los Estados-Nación siguen siendo los actores principales en los asuntos mundiales. Su conducta está determinada, como en el pasado por la búsqueda de poder y riqueza, pero también por preferencias, coincidencias y diferencias culturales.” Para el autor, después de “terminada” la guerra fría, los conflictos iban a variar en sus orígenes, argumentando que a partir de ahora serían por diferencias religiosas y/o culturales entre los grupos.

Este mismo subdividió al mundo en nueve civilizaciones de donde se desprenden de cada una, un sin fin de características, pero la “dominante” va a intentar ser la de Occidente imponiéndole al resto del mundo una visión generalizada de valores, sistemas políticos y leyes. Huntington, por lo tanto, profetizaba que las otras civilizaciones que habían estado oprimidas, iban a revelarse ante los “choques”, pero sobre todo en base a sus necesidades. Si volvemos a Yemen, un país que en los 90’s era aliado de Arabia Saudita, que a su vez ha sido uno de los principales aliados de Estados Unidos en la región; y, EE.UU., principal impulsor de la política Occidental e influencia en el mundo.

Era de esperarse que una pequeña etnia al Norte de un país desértico y que sufría las consecuencias de la sequía, se revelara. Que al llegar al poder no comprendiera la visión de la 'democracia' Occidental. Y era normal, también, que se justificaran en nombre del restablecimiento “democrático”, las casi 7mil muertes que ha dejado la guerra; por un problema, al fin y al cabo, de comunicación, comprensión y de poder.

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Tian'anmen Square, o Plaza de Tian'anmen, Beijing. Continuidad de ¿En qué momento se toma la decisión de quedarse en otro país...: Pekín.- Los siguientes días me dediqué a seguir buscando más trabajos, más opciones que la de ser maestro de inglés. Para ese momento lo que me respondían en las escuelas me empezaba a parecer un tanto racista y no lo relacionaba únicamente con el acento que tenía, pero para mi diario esta experiencia empezaba a ser muy interesante. Siempre me preguntaban de qué país era; cuando les respondía, nadie parecía saber donde queda Honduras. “Centralamerica”, repetí muchas veces y la única palabra que recordaban era; “América”. Para la mayoría de personas con quienes hablé aquí, ‘América’ es Estados Unidos y nada más. En algún momento encontré una oferta de trabajo como traductor de una empresa que para ese momento no incluía el nombre. Pedían traducir documentos a cuatro idiomas, yo hablaba dos de los cuatro que buscaban; In

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Wang Guo-Ren (Taiwan) y yo, en la entrada de otro de los callejones de uno de los barrios más antiguos de Beijing. Día 1 Beijing.- El China Art Battle fue un proyecto entre el 13 y 20 de septiembre de 2018, el cual promovía un sentido de pertenencia y comunidad en los Hutones (barrios tradicionales de Beijing) y buscaba beneficiar ambas partes, a las y los artistas y la comunidad. En esta ocasión, me tocó ser el narrador oficial del proyecto -no sabemos cómo pasó eso- en el Langfang Er Tiao Hutong. Justo a 1.3km del Tian'anmen Square, el primero que se hacía a esa distancia en la historia y tendría la participación de artistas de diferentes partes del mundo como China (incluye Taiwan), Malasia, Bulgaria, España y en la narración a un hondureño. "Tiempo de borradores" En este tipo de eventos, todo inicia oficialmente cuando el primer o la primera artista toca o marca su pared. Eso puede ser con un lápiz, un spray o una brocha. A partir de ahí,