Entonces, para entender lo que está pasando en el planeta, hay que entender Medio Oriente. La mayoría de los diálogos políticos terminaron en guerras civiles.
Lunes 4 de diciembre de 2017.
7:30AM: los medios internacionales destacan que Estados
Unidos y Corea del Sur realizan maniobras aéreas conjuntas cinco días después
que Corea del Norte probara un misil intercontinental capaz de alcanzar EE
UU.
Corea del Norte considera que estos ejercicios militares son
un ensayo de invasión de su territorio.
En Yemen, un grupo de rebeldes llamado Hutíes, anuncian que
han asesinado al ex presidente de ese país, Alí Abdalá Saleh. Acusado de “Alta
traición.”
En la presidencia yemení desde 1990 hasta 2011. |
8:00AM: Anoche fueron asesinados dos policías en Olancho
mientras hacían patrullajes en el horario del toque de queda estipulado entre
las 6:00PM y 6:00AM. Se capturaron a cuatro sospechosos del hecho.
10:00AM: La Misión de Observación Electoral de la Unión
Europea, representada por su jefa de misión Marisa Matías, brindó conferencia
de prensa en un hotel capitalino refiriéndose al estado actual del escrutinio.
Como primer punto remarcó que el proceso está inconcluso, por lo tanto, no se puede declarar a nadie ganador hasta agotar todas las solicitudes que vengan a transparentarlo.
Como primer punto remarcó que el proceso está inconcluso, por lo tanto, no se puede declarar a nadie ganador hasta agotar todas las solicitudes que vengan a transparentarlo.
A continuación, Matías pidió al TSE, ser flexible y dar a la
revisión de más de 5 mil actas que la Alianza pide, sean revisadas pues son las
que dieron la ventaja a JOH, en un momento en que se calló el sistema donde se
realiza el conteo.
“Las peticiones que se hacen desde la oposición son
razonables” y “hay que respetar el voto del pueblo”. “Además queremos hacer la
denuncia de que es normal que las personas se puedan manifestar durante un
proceso de elección, condenamos todas las formas de violencia que se han dado
en las manifestaciones pacificas y durante el toque de queda. Los asesinatos
tienen que aclararse”, añadió la jefa de la MOE UE.
En Honduras, la frase “VOTO POR VOTO”, nunca había sido tan
seria como lo es en este momento.
Jueves 14 de diciembre
Estados Unidos: La Casa Blanca descarta dialogar con Corea
del Norte, como propuesta del secretario de Estado, Rex Tillerson. “En vista de
la última prueba de misil, claramente ahora no es el momento para dialogar con
Corea del Norte”, dijo un portavoz de la Agencia de Seguridad Nacional de la
Presidencia estadounidense.
La embajadora de EE.UU., ante la ONU, Nikki Haley, presentó
ante un grupo de representantes del Consejo de Seguridad de esa organización
internacional; supuestas evidencias de que un misil lanzado el mes pasado desde
Yemen, hacía el aeropuerto de la capital de Arabia Saudita fue fabricado en
Irán.
En dicha presentación de evidencias se observan varios artefactos de hierro destrozados, detrás de Nikki. |
Las respuestas no tardaron de parte de los representantes de
Irán ante ese organismo internacional mediante un comunicado en el que señalan
de “irresponsables, provocativas y destructivas”, las declaraciones de EE.UU.
También se refirieron a que EE.UU., está tratando de desviar la atención de la
guerra en Yemen, en la que Arabia Saudita (aliado de EE.UU.) encabeza una
coalición militar que tiene en crisis a ese país.
Yemen es otro país que sufre de bloqueos económicos y una
crisis humanitaria en este momento. Ocasionada por conflictos históricos desde
su nacimiento como nación en 1990, mediante la unión de la “República Árabe de
Yemen” y la “República Popular de Yemen”, posteriormente la guerra civil de
1994, donde los Hutíes se sublevaron por primera vez.
Para no ir tan lejos, en 2004, inició una guerra de baja intensidad (concepto post Guerra Fría) entre los “Hutíes”, un grupo contra insurgente con características político-religiosas
y de la rama musulmana “Chiíes”; que bajó de las montañas de la gobernación
Sa’ada, en la frontera entre de Yemen y Arabia Saudita a luchar contra las
Fuerzas Armadas de Yemen y el Gobierno de Alli Abdullah Saleh, en el poder
desde 1990. Con el paso de los años se lograron algunos acuerdos de paz que en varios
momentos fueron incumplidos.
En el 2011 inició una de las primeras etapas de la
revolución que se estaba gestando en ese país, el líder de los hutíes,
Abdul-Malik al Houthi, declaró su apoyo a la ola de manifestaciones que estalló
a inicios de ese año y que exigían la destitución del presidente. Las protestas
buscaban emular lo ocurrido con el ex presidente tunecino Zine El Abidine Ben
Ali, derrocado ese mismo año.
Gobernación Sa'ada, Norte de Yemen, una de las zonas más pobres del país. |
El 18 de marzo ocurrió un hecho que marcó el nivel de
indignación de la población. El denominado “Viernes de la Dignidad”, día en el
que las fuerzas de seguridad de Saleh, construyeron una barricada con llantas
alrededor de la Plaza del Cambio en Saná, capital de Yemen, donde protestaba un
gran número de personas en contra de su presidente. Posteriormente echaron
gasolina y al finalizar la tradicional oración musulmana de “Juma”, después del
medio día, prendieron fuego a las llantas, bloqueando y acorralando así a los
manifestantes.
Mientras eso ocurría, seguidores armados y enmascarados de
Saleh ubicados en las terrazas, callejones y casas cercanas a la Plaza,
abrieron fuego contra los acorralados, aproximadamente por tres horas, creando
un río de sangre que corrió por las calles de esa ciudad.
El resultado fue de 52 muertes y alrededor de 200 heridos.
El hecho fue tan decisivo que a partir de entonces mucha gente sin posición, diplomáticos y soldados, se acercaron a los manifestantes en
señal de indignación. Entre ellos, el Mayor General Ali Mohsen al-Ahmar, quien
el 21 de marzo dijo que protegería las manifestaciones. Ante esa acción, Saleh
le pidió a militares de Arabia Saudita que lo atacaran bombardeando su sede.
Después de dos intentos fallidos de parte de mediadores
internacionales para que el presidente yemení dejara su cargo; en mayo de ese
año se realizó un tercer intento que tuvo un desenlace completamente inesperado
para las partes externas. En la Embajada de Emiratos Árabes Unidos, seguidores
armados de Saleh, cercaron la sede diplomática por varias horas con el fin de
impedir por tercera vez la firma de la renuncia a la presidencia. Argumentando
que aquello era un intento de golpe de Estado. En esa ocasión los embajadores
de los Estados Unidos, Europa y cinco miembros del Consejo de Cooperación del
Golfo, tuvieron que salir en helicópteros.
El 22 de noviembre, después de muchos incidentes, un enviado
especial de la ONU, informó que el Gobierno de Saleh y la Oposición, habían
alcanzado por fin un acuerdo para la renuncia a la presidencia. "Poniéndole fin" a muchos años caracterizados por la “mano de hierro”. “La receta de Occidente para
sostener las ‘democracias’”.
El 23 de diciembre de ese año se declaró presidente Interino
a Abd Rabbuh Mansur al-Hadi, quien era vicepresidente desde 1994 y compartía la
visión y formación de militar de su superior. No era la primera vez que debía
sustituirle, pues, entre el 4 de junio y el 23 de septiembre de ese año le
sustituyó por un ataque al Palacio Presidencial en el que Saleh, resultó herido.
Abd Rabbuh Mansur al-Hadi, presidente de Yemen desde 2011. |
Otro de los acuerdos a los que había llegado el Gobierno y
la Oposición, era que al-Hadi conformaría un gobierno de unidad nacional y
convocaría a elecciones presidenciales en un plazo de 90 días a partir del 23 de
diciembre.
El 21 de enero de 2012, el parlamento yemení le dio
inmunidad a Saleh. El 23 de enero viajó a los Estados Unidos en búsqueda de un
tratamiento médico, pero un dato curioso es que después de todo, no dimitió
oficialmente a su cargo de presidente y el parlamento le nombró “presidente
honorario” del país.
Para las elecciones presidenciales del 21 de febrero de
2012, al-Hadi era el único candidato y era apoyado por el oficialismo y el
parlamento. Eventualmente, Hadi, ganó las elecciones por un periodo de dos
años.
El 24 de febrero de 2012 , Saleh, regresó a Yemen y el 27 de
febrero cedió el poder a Abd Rabbuh Mansur al-Hadi como presidente de Yemen.
Hadi, en sus primeros meses de gobierno, siguió la idea
proveniente de todas las doctrinas de “mano dura”; “atacar al enemigo”. Pero en
la práctica, Hadi, enfrentaba división y oposición, incluso dentro del
ejército, donde en 2011 obligaron a desertar al Mayor General Ali Mohsen
al-Ahmar.
En declaraciones a un periódico internacional en septiembre
de 2012, Hadi, reconoció por primera vez que aquella guerra de baja intensidad
de principios de los 2000, corría ya la posibilidad de convertirse en una
guerra civil “peor que Afghanistan”,
argumentando que los diálogos ya no eran suficientes para resolver las
profundas grietas políticas y sociales no atendidas a tiempo. Además, reconoció
que Yemen se enfrentaba a tres guerras no declaradas; por “Al Qaeda”, los
piratas en el Golfo de Aden y los Hutís en el norte del país. Sumado a esas
tres, él gobierno en contra de todas.
En diciembre de ese año, Hadi intentó reunificar a las
Fuerzas Armadas, creando, mediante un Decreto Presidencial, las cinco ramas
principales: Fuerza Aérea, Fuerza Terrestre, Armada y Guardia Costera, Tropas
Fronterizas y Fuerzas de Reserva Estratégica, esas últimas sustituyeron a la
Guardia Republicana. Durante esa reestructuración, Hadi nombra consejero para
Asuntos de Defensa y Seguridad a Mohsen al-Ahmar el 19 de diciembre de 2012.
Para marzo del 2013, y en consecuencia con los acuerdos de
2011, Hadi creó formalmente la Conferencia Nacional de Diálogo (CDN), con el
fin de tratar las situaciones criticas de la nación. Habían muchos temas por
atender, pues, como citó en 2012, el país tenía diversos conflictos y debían resolverse
pronto.
Presidente al-Hadi, pidiendo a participantes de la Conferencia Nacional del Diálogo (CND); "olvidar los conflictos antiguos" en 2013. |
La CDN, culminó el 21 de enero de 2014 en medio de otra
convulsión, un líder Hutí que se dirigía al cierre de dicho proceso fue
asesinado. Los Hutíes atribuyeron el ataque a la inteligencia de EE.UU..
Después de esa crisis, se firmó el documento por todas las partes. El CDN
contenía conclusiones como: “elaborar una nueva constitución de corte federal”,
“dar autonomía al Sur, dándoles representación en el Congreso”, entre otras
reformas democráticas. Además, en el documento se acordó extender por un año
más la presidencia de Hadi, en 2015 se llamaría a elecciones presidenciales.
Cabe destacar que Saleh, a pesar de renunciar al poder a
finales de 2011, durante el transcurso de los años tuvo fuerte influencia en
Hadi, al ser el presidente del Partido del Congreso, la fuerza política con
mayor peso en el país. Por lo tanto, se opondría a esas reformas desde allí.
Para el primer semestre de 2014, después de ser extendido el
mandato de Hadi, su imagen pública empezó a caer por “falta de talento
diplomático”. El presidente reelecto argumentaba que el ex presidente, Saleh,
planeaba derrocarlo, lo cual era visto como una señal de debilidad ante la
población, y dependiente de la comunidad internacional. Además se dieron varias
revueltas de los hutíes en el Norte, los avances de Al Qaeda y el secesionismo en
el Sur eran retos que urgían no solo de los acuerdos, sino de acelerada
voluntad política de un Estado que prácticamente no existía.
Por su lado, los hutís estaban en contra de algunas de las
reformas federalistas dentro del CDN, alegando que la descentralización del
país afectaría su condición económica debido a que su zona es la más pobre de
Yemen y les privaría de una salida al mar. Los hutíes fueron acumulando tensión
contra los sunies -la otra fracción musulmana- con quienes tenían fuego
abierto. A mediados de 2014, su conflicto territorial había llegado a Saná,
donde contribuyeron a las protestas callejeras, que para aquel momento estaban
en contra de los ajustes al combustible de parte del gobierno de Hadi. Sumado a
los conflictos con el Gobierno, también tuvieron enfrentamientos armados con el
principal partido político de la islamista “Al-Islah”.
Al-Ahmar, no cumplió con ninguna orden del ministro de
Defensa ni de la presidencia en esa ocasión. Al cabo de unos días, los hutíes
ya habían tomado el control de la capital yemení, incluyendo los principales
edificios gubernamentales. Entre ellos el de la televisión estatal, la radio
estatal, la Oficina del Primer Ministro, el Comando General de las Fuerzas
Armadas y el Ministerio de Defensa.
Para el 19 de septiembre de 2014, Hadi, catalogó la
insurrección hutí como un intento de golpe de Estado. La ONU le pidió que
buscara una salida pacifica al hecho. Esto obligó al gobierno a
negociar con los hutíes, dando como resultado un Acuerdo de Paz y Asociación
Nacional (PNPA), que provocó la remoción del primer Ministro Mohammed
Bosindawa, y la condición a los rebeldes de deponer las armas. A lo cual se
negaron, pero aceptaron los puntos del diálogo y conformaron un “gobierno de
unidad” durante dichas negociaciones de paz. El 13 de octubre se nombró a un
nuevo primer ministro, Jaled Bahah.
A pesar de ello, los hutíes mantuvieron el control de la
capital, dando ordenes al mismo Hadi, lo cual generó en el parlamento la idea
de que el presidente en ese momento era una figura meramente simbólica, sin
autoridad.
Una de las principales alianzas de los hutíes desde que
ingresaron a Saná en el mes de septiembre, había sido el ex presidente Saleh,
derrocado durante las manifestaciones de 2011.
Las tensiones subieron en enero de 2015, debido a que los
hutíes se cansaron de las negociaciones con el Gobierno porque no avanzaban
según sus necesidades. Este mes, embajadores de diferentes países abandonaron
Yemen, incluyendo al de EE.UU.
Para el 21 de ese mes, el primer ministro, Bahah, en funciones desde el 13 de octubre dimitió del cargo aludiendo la crisis que vive el país es un “laberinto político” que impide gobernar con eficacia. Esa acción significaba la dimisión de todos los miembros del Gobierno yemení, según comunicado del Poder Ejecutivo de ese país.
Simultáneamente, el presidente, Hadi también presentó su
renuncia al Parlamento, este último le denegó su petición, argumentando que
sería discutido en asamblea y convocó a una sesión especial para analizar la
crisis que vivía ese país. En su carta al legislativo, Hadi acusó a las
distintas fuerzas políticas de “falta de responsabilidad” para llevar a ese
país por un mejor camino. Posiblemente en alusión a esa alianza entre los
hutíes y el ex presidente Saleh.
Para el 21 de ese mes, el primer ministro, Bahah, en funciones desde el 13 de octubre dimitió del cargo aludiendo la crisis que vive el país es un “laberinto político” que impide gobernar con eficacia. Esa acción significaba la dimisión de todos los miembros del Gobierno yemení, según comunicado del Poder Ejecutivo de ese país.
Yemen, 21 de enero de 2015. |
Nuevamente, en su petición Hadi, reconoció y pidió perdón a
la población por “no haber sido capaz de lograr los objetivos por los que
aguantó un gran sufrimiento durante estos años”; los hechos de septiembre en
Saná, según sus palabras “afectó el cauce normal de la transición política”.
La sesión convocada por el parlamento para analizar la
renuncia de Hadi, nunca se realizó por los siguientes acontecimientos.
Durante los siguientes días del mes de enero se dio una
especie de arresto domiciliario de parte de los hutíes hacía los miembros del
Gobierno, manteniendo cercadas y bajo vigilancia todas las reacciones.
Posteriormente, a inicios de febrero anunciaron la disolución del Parlamento y
la creación de un Consejo Presidencial para gobernar durante los próximos dos
años. Dicha declaración fue emitida desde el Palacio Presidencial y, a través
de la televisión estatal, entonces en sus manos.
La propuesta para la conformación del Congreso era de 551
asamblearios miembros de comités revolucionarios que se han formado en las
localidades que han controlado desde el septiembre pasado. Esa Asamblea elegirá
a cinco miembros de un Consejo Presidencial que se responsabilizará de los
asuntos de país.
El resto de facciones políticas y religiosas del país, entre
ellas el Partido Islah (suní) discrepantes religiosos de los hutíes, los grupos
del Sur quienes no compartían en su totalidad los acuerdos del CDN, tampoco
compartían en esta ocasión los acontecimientos desarrollados por los
revolucionarios.
El 21 de febrero, Mansur Hadi, emite un comunicado desde la
ciudad de Adén, la antigua capital del Sur; en el que manifestó que la toma del
poder de parte de los hutíes era ilegitima. Había logrado escapar al arresto domiciliario
y huido a esa zona desde donde catalogó de golpe de Estado lo ocurrido en las
últimas semanas, y pidió a los hutíes a liberar a las personas que siguen en
arresto domiciliario. Hadi, firmó nuevamente como presidente yemení, con el fin
de confrontar a los hutíes y su nueva conformación del poder.
Su predecesor, Abdullah Saleh, reaccionó ante esas
declaraciones exhortando a Hadi, a exiliarse.
La población no podía creer todo lo que estaba pasando, por
un lado, los hutís, no podían creer que se estaba dando por fin una revolución
donde reivindicarían sus derechos a su manera. Por otro lado, los
representantes del Gobierno que habían conformado una sola nación apenas 25
años atrás, estaban indignados por la pérdida del control territorial. Por lo
tanto, y por la relevancia geopolítica de esa nación, los aliados históricos
también estaban ahora en una situación critica. Entre ellos, Arabia Saudita
(mayor exportador de petróleo del mundo), que a su vez era aliada de los
Estados Unidos; quienes no tardaron en reaccionar de manera más frontal.
El Departamento de Estado de los EE.UU., después de lo
ocurrido, seguía reconociendo a Hadi como presidente. También el ministro de
Exteriores del Golfo Árabe se manifestó en contra de lo ocurrido. El secretario
General de las Naciones Unidas del momento, Ban Ki-moon, exigió la restauración
de Hadi como presidente y pidió a los hutíes a respetar el acuerdo que habían
firmado en el “gobierno interino”.
Por lo que no tardó en que Estados Unidos, aliado de Arabia
Saudita (de creencia sunii), empezara a relacionar a los hutíes con uno de los
países con quien tiene enconosos vínculos diplomáticos; Irán. Aprovechando que
este último comparte la fe chiita con los hutíes, se empezó a hablar de una
intervención militar extranjera en Yemen.
Para finales de marzo de 2015, los hutíes estaban avanzando
hacía el Sur en su plan de control territorial e iban en busca de Hadi, en la
capital sureña de Adén. Al ver la ofensiva de los rebeldes, el mandatario
solicitó a la ONU, una intervención militar, amparándose en el capítulo séptimo
de la Carta de ese ente internacional “para mantener o restablecer la paz y la
seguridad internacionales” En su carta, Hadi, explica que ya ha solicitado apoyo
a los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) y otros estados árabes.
Además, justifica la intervención militar mencionando que Al Qaeda se podría
aprovechar del resquebrajamiento del Estado para apropiarse de territorios y
eso podía generar más caos, sobre todo si se perdía el control del estrecho de
Bab al Mandeb, zona de circulación de barcos que conectan el mar Mediterráneo y
el mar Rojo.
El 25 de marzo, los hutíes habían tomado control del aeropuerto de Adén (Sur), a unos 60 kilómetros de la ciudad.
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Para el 26 de marzo, Arabia Saudita, ya reportaba algunos
bombardeos en Yemen con la intención de detener el avance de los hutíes. El
embajador saudí en la ONU, Adel al Jubeir, reconoció que la operación militar
había sido aprobada con el fin de “proteger y defender al Gobierno legítimo de
Yemen”. Según el embajador, diez países –en su mayoría sunitas- aprobaron la
decisión y fue anunciada previamente a Washington.
La guerra civil en Yemen, a partir de ese momento era de
interés regional. Pues, además de la expansión al Sur, Arabia Saudita denunció
que se estaban acercando a sus fronteras en el Norte de Yemen.
El 3 de abril, los hutíes, después de los bombardeos habían incrementado su presión y se tomaron el Palacio Presidencial de Adén, sin encontrar a Hadi, quien
aparentemente logró escapar y se desconoce su paradero. Se especulaba que Hadi
había escapado en un barco, pero días más tarde se confirmó que había logrado
escapar a Riad, la capital saudí, desde donde dirigía los ataques aéreos, junto
al ministro de Defensa de ese país. Los hutíes lo condenaron a muerte después
de su escape al que llamaron “alta traición”.
Para finales de abril de ese año, Egipto habían enviado unas
5 mil tropas militares a Yemen. Estados Unidos también había pactodo con Arabia
Saudita el envío de buques de guerra a las costas de Yemen. A partir de allí,
los ataques de la denominada “Operación Tormenta Decisiva”, se intensificarían
dándole un giro totalmente diferente a la guerra civil yemení.
Los hutíes se radicalizaron más y emprendieron ofensivas contra
la frontera sureña de Arabia Saudita.
A finales de mayo, según datos de una misión humanitaria de
la ONU que visitó Yemen durante una tregua; más de mil ocho cientos civiles
habían muerto y más de 7mil resultaron heridos y unas 500mil fueron obligadas a
abandonar sus hogares por los bombardeos.
Israel se unió a los bombardeos al lanzar una MOAB (Mother
Of All Bombs), desde Riad, Arabia Saudita a la capital yemení, Saná. Una bomba
de neutrones, nuclear, según los expertos.
En junio se registraron, además de los bombardeos saudís,
ataques de los sunitas aliados al Estado Islámico con carros bombas que
estallaron frente a las mezquitas chiíes, frecuentadas por los hutíes. Los
ataques de estos dos contra los hutíes incrementaron durante el resto del año,
al punto de unir esfuerzos en algunas ciudades.
El 14 julio, las fuerzas anti rebeldes de Hadi, y los
bombardeos de la Coalición Árabe, desplegaron en Adén una operación militar con
la intención de recuperar el aeropuerto y la ciudad del Sur de Yemen.
Combatiendo contra los hutíes y las tropas del ex presidente Saleh; logrando
ese objetivo. El ataque se dio pese a que ambas partes se habían comprometido a
un nuevo cese temporal al fuego para que la población recibiera atención
humanitaria. El acuerdo fue violado. Por su parte, el secretario General de la
ONU, Ban Ki-moon, en declaraciones dijo sentirse muy “decepcionado” por el
fracaso de dicha tregua, y aseguró que la ONU sostiene contactos con todas las
partes para tratar de detener la violencia.
El 23 de septiembre, Mansur Hadi, regresó después de seis
meses de exilio a Yemen, específicamente a una base aérea de Adén. Ciudad
recuperada por sus fuerzas militares y la Coalición Árabe.
Para inicios del 2016, se acusaba a Arabia Saudita de no
dirigir sus bombardeos únicamente contra los hutíes, sino, contra toda la
población. Su producto interno bruto había caído un 9,8% respecto al 2015 que
fue de -28,1%. El 80% de su población necesitaba ayuda humanitaria para
sobrevivir. La coalición militar internacional fue avanzando y eventualmente
recuperando y controlando terreno.
En abril de 2017, se crea el Consejo de Transición del Sur
(CTS), anunciado por el gobernador de Adén, Aidroos Zubaidi, quién busca la independencia
de Yemen del Sur para desligar la región de la crisis vivida en el resto del
país. El CST, no es bien recibida por diferentes sectores del país, pero no se
detiene.
Para finales de septiembre del 2017, La Cruz Roja
internacional alertaba al mundo que Yemen puede alcanzar para finales de este
año, un millón de casos de cólera, una cifra mayor al brote que sufrió Haití
entre el 2010 y el 2016.
El 2 de diciembre, Saleh anunció en televisión nacional que
estaba en la disposición de negociar con la Coalición Árabe, el mensaje fue mal
visto por los hutíes.
El 4 de diciembre de 2017, circuló la noticia a nivel
mundial que los hutíes habían asesinado al ex presidente Saleh, enemigo desde
1990 hasta 2014, año en el que se alió con los rebeldes. El hecho ocurrió
mientras el ex presidente aparentemente planeaba escapar a la ciudad de Marib,
controlada por la Coalición Internacional, a unos 170 kilómetros al Este de
Saná. Finalizando con esto la alianza que sostenían los hutíes con Saleh y sus
seguidores. El líder de los hutíes envió un mensaje a dicha coalición en el que
se destaca lo siguiente: “Su guerra a fracasado, jamás tendrán éxito en su
objetivo”.
Para el 13 de diciembre, las alianzas en contra de los
hutíes se estaban reconfigurando, tal es el caso que el CTS, envía a Hadi una
carta diciéndole que cuente con su apoyo y considera que es necesario crear
nuevas alianzas.
Los hutíes, por su lado, han denunciado a Arabia Saudita y a
sus aliados sunitas de estar más preocupados por controlar la supuesta
influencia de Irán sobre ellos, que el ataque contra la organización Al Qaeda,
a quién los organismos internacional catalogan de terrorista. Mencionando, más
bien, un trabajo conjunto.
Esa influencia de Irán sobre los hutíes ha sido razón para
que muchos países justifiquen los ataques, incluyendo a los Estados Unidos,
quienes hasta ahora no han podido comprobarlo ante las Naciones Unidas.
Y mi razón para escribir sobre la historia de Yemen es
básicamente porque al analizar los acontecimientos que desembocaron en esta
guerra, podemos mencionar que una de las principales causas, es algo que además
no se ha dicho aquí: “La guerra mundial del agua”, prevista para el 2030, según
el informe del Ejército canadiense titulado “El Contexto de la Futura Seguridad
2008-2030”.
Dicho documento presagia lo siguiente: “Las Fuerzas Armadas se están
preparando para responder a los cuatro rincones del planeta, debido a las
guerras regionales y eventuales hechos violentos por la competencia de los
recursos naturales. Las futuras operaciones militares debidas a la
multiplicación de motines provocados por el hambre darán lugar a intensos
combates”.
Antes de volverse un “conflicto religioso”, los hutíes
llevaban una lucha en base a reclamos territoriales por las condiciones
alimentarias y salubres de su región, una de las más pobres de Yemen. Ósea,
sobrevivencia.
Guerra del Agua, Yemen. |
Según noticias de las principales cadenas del mundo, en este
caso REUTERS, que publicó en 2009: “Crisis del agua amenaza creciente población
de Yemen”. En el artículo escrito por Alistar Lyion, se destacan los siguientes
puntos:
“Algunos residentes reciben agua potable de la
ciudad sólo una vez cada nueve días y otros no reciben nada en absoluto. El
hundimiento de la masa de agua significa que la municipalidad ahora maneja
apenas 80 de sus 180 pozos, dijo Naji Abu Hatim, un experto yemení del Banco
Mundial.”
“La gente no cree en la magnitud del problema.
Ellos ven una pequeña nube y dicen, ‘oh, Dios todavía existe, él puede darnos
agua’. Pero el agua es el problema principal de Yemen”, agregó Hatim.
“Pero la escasez de agua en la ciudad sureña de
Aden ya está avivando la violencia. Una persona murió por un disparo y tres más
resultaron heridas, dos de ellos oficiales de policía, durante protestas por el
agua el 24 de agosto.”
“El rápido vaciamiento de los acuíferos hace
que la difícil situación de Yemen sea la más cruda en una región. Las disputas
locales por los derechos del agua podrían volverse violentas, especialmente en
zonas tribales. La competencia por las reservas entre las ciudades y el campo
podría pronunciarse.”
“Los Estados árabes, excepto Egipto, Irak y Líbano,
están todos por debajo de la línea de pobreza en materia de agua, mientras que
la tendencia regional, por la que se responsabiliza al cambio climático,
muestra precipitaciones cada vez más débiles.”
“A diferencia de los adinerados Estados
petroleros del Golfo, Yemen, el país árabe más pobre del mundo, está mal
ubicado para salvar la brecha entre oferta y demanda por medio de la
desalinización.”
“La escasez de agua está forzando a muchos
aldeanos pobres a vender todo y mudarse a las ciudades de Yemen, donde pocos
están calificados para prosperar, aunque se espera que envíen dinero a sus
parientes en sus lugares de origen.”
“El mal manejo de los recursos hídricos es una
razón por la que la situación de Yemen es peor que la de vecinos como Omán,
según Jac van der Gun, director del Centro Internacional de Evaluación de
Recursos de Agua Subterránea en Holanda.”
“Saada tiene un enorme problema de agua, pero
ellos no pueden pensar en el futuro porque están pensando en el presente”,
agregó.
“Los sectores rurales del norte de Yemen
podrían sufrir hambrunas”,
dijo Ramon Scoble, un experto en
agua de la agencia alemana de desarrollo GTZ, quien trabaja en la provincia de
Amran, inmediatamente al norte de la capital.
“Abu Hatim, del
Banco Mundial, en base a un programa que estaban por implementar, que: No
solucionará los problemas, sólo los aliviará para ganar tiempo. La catástrofe
está por llegar, pero no sabemos cuándo, agregó.”
Según el informe y relacionado a
la crisis de Yemen que estalló a partir de 2011, vale la pena remarcar el
siguiente párrafo: “Se prevé que las presiones causadas por las
migraciones y los flujos de refugiados o de personas desplazadas conllevarán a
un recrudecimiento de las tensiones étnicas, religiosas o territoriales,
inestabilidad y, posiblemente, crisis de gobernabilidad en esos estados. Tales
efectos se manifestarán primeramente en zonas costeras, donde habita el 75% de la
población mundial, en especial entre los sectores de la economía y las
localidades sensibles a las variaciones climáticas desde el punto de vista
económico o ecológico”.
Los hutíes tenían un reclamo más allá de lo étnico-religioso que
el Gobierno no supo comprender a inicios de los 2000. Y evidentemente, acusar
desde el poder a un grupo como radical es la forma más fácil de ignorar un
problema y justificar su represión.
Esa posición del Gobierno yemení que les radicalizó en un primer
momento, es una característica de las relaciones que sostienen los
administradores públicos en países como el nuestro (Honduras). Donde las
negociaciones están vacías de voluntad política. Más parece que no entienden
nada que no sea su propia visión de las cosas desde el poder y eso nos acerca
la siguiente teoría.
La del “Choque de civilizaciones”, de Samuel Huntington,
publicado en 1993. Una hipótesis a la que si le agregaremos el componente
cultural-religioso de las partes involucradas en los conflictos. Según
Huntington, “Los Estados-Nación siguen siendo los actores principales en los
asuntos mundiales. Su conducta está determinada, como en el pasado por la
búsqueda de poder y riqueza, pero también por preferencias, coincidencias y
diferencias culturales.” Para el autor, después de “terminada” la guerra fría,
los conflictos iban a variar en sus orígenes, argumentando que a partir de
ahora serían por diferencias religiosas y/o culturales entre los grupos.
Este mismo subdividió al mundo en nueve civilizaciones de donde
se desprenden de cada una, un sin fin de características, pero la “dominante”
va a intentar ser la de Occidente imponiéndole al resto del mundo una visión
generalizada de valores, sistemas políticos y leyes. Huntington, por lo tanto,
profetizaba que las otras civilizaciones que habían estado oprimidas, iban a
revelarse ante los “choques”, pero sobre todo en base a sus necesidades. Si
volvemos a Yemen, un país que en los 90’s era aliado de Arabia Saudita, que a
su vez ha sido uno de los principales aliados de Estados Unidos en la región;
y, EE.UU., principal impulsor de la política Occidental e influencia en el
mundo.
Era de esperarse que una pequeña etnia al Norte de un país
desértico y que sufría las consecuencias de la sequía, se revelara. Que al
llegar al poder no comprendiera la visión de la 'democracia' Occidental. Y era
normal, también, que se justificaran en nombre del restablecimiento
“democrático”, las casi 7mil muertes que ha dejado la guerra; por un problema,
al fin y al cabo, de comunicación, comprensión y de poder.
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